Los implantes no provocan rechazo del organismo ya que las aleaciones de titanio utilizadas son altamente biocompatibles. Si que se puede dar fracaso en la unión entre el implante y el hueso (osteointegración) en cuyo caso hay que retirar el implante y volver a colocar otro. Esta situación se da en un 2-3% de los casos y entre las causas principales está el tabaquismo, la mala calidad del hueso o la infección del implante.